¿No tienes espacio suficiente en tu casa? ¿Necesitas trabajar en una oficina, pero no quieres preocuparte de la limpieza, la luz, el internet, el alquiler y de otros costes imprevistos? ¿Quieres separar el trabajo de tu vida privada? Hoy descubriremos todas las ventajas que ofrece el coworking frente a una oficina tradicional, el trabajo desde casa o cafeterías con wifi.
– Ubicación
Muchas veces la ubicación de la oficina es parte de la marca. Pero, no todas las empresas se pueden permitir una oficina en el centro mantener la estabilidad económica. Además, si estás empezando un nuevo proyecto, tendrás que seleccionar cuidadosamente cada pequeña inversión y dónde establecer tu sitio de trabajo podría verse afectado.
Este problema tiene fácil solución gracias a los espacios de coworking. Estos lugares suelen estar ubicados en zonas de relevancia, siendo éste uno de los puntos fuertes a la hora de ofrecer sus servicios. Trabajar en el centro de la ciudad, en una zona estratégica de negocios, en el barrio histórico o de moda estará al alcance de cualquier startup o autónomo que esté empezando.
– Amplia gama de servicios ofertados
Necesitas una oficina, necesitas internet, limpieza, luz, agua… y además servicios variados sala de reuniones, zona social o una cocina para poder almorzar, comer o simplemente tomar un café. En un espacio coworking no tendrás que preocuparte por la gestión de todos y cada uno de estos proveedores: el contrato de alquiler, de los servicios, el mantenimiento, la resolución de las complicaciones contractuales cada vez que hay algún problema y el pago de todas las facturas a final de mes, que a veces se hinchan imprevisiblemente. El ahorro en tiempo y el control de costes será considerable. Solo con tener un ordenador bastará para aprovechar las ventajas que ofrecen, en una sola factura al mes.
– Adaptabilidad y flexibilidad
En primer lugar, flexibilidad con el contrato de alquiler; en una oficina tradicional, el contrato suele tener duraciones superiores a un año, adquiriendo así un compromiso que quizá no te interese. En un espacio de coworking, el compromiso es mensual, dando la flexibilidad que muchos necesitan.
En segundo lugar, flexibilidad horaria; en una oficina tradicional te encontrarás con horarios fijos e instalaciones cerradas a partir de una hora concreta. En tu casa es posible que tus compañeros o tus hijos marquen los horarios “eficientes” y dependas de otros para poder fijar tu horario laboral.
Tú eliges a la hora que entras y a la que te vas en un espacio coworking. Tú eliges cuantas horas vas a trabajar al día o si quieres organizarte por partes. La mayoría de los espacios tienen un horario comercial o cierran los fines de semana, sin embargo, como en nuestro caso, existe la posibilidad de ofrecer acceso 24 horas cualquier día de la semana a las instalaciones. Este tipo de servicio te abre un sinfín de posibilidades ya que, hay quién tiene reuniones con clientes que tienen otra franja horaria, o es más eficiente en horario nocturno o vespertino.
– Rodéate de los mejores
¿Te has sentido solo en tu despacho, en tu casa o en tu lugar de trabajo? Es en ese momento cuando te sientes aislado y tu motivación disminuye. Tienes que tomar una decisión o resolver un problema en el trabajo y necesitas consejo; o simplemente contarlo en voz alta para aclarar ideas; o quieres hacer un descanso para despejarte y retomar el trabajo. Pero no tienes a nadie con quien hacerlo.
En el coworking siempre hay alguien con quien hablar. Ya sean tus compañeros, otros emprendedores u otras empresas. Incluso los propios gestores del espacio. Siempre tendrás esa sensación de sentirte acompañado en todo momento.
– Conciliación entre vida personal y laboral
Los trabajadores independientes tienen problemas para diferenciar entre su trabajo y la vida personal. Gracias a un espacio coworking resulta mucho más sencillo fijar un horario, unas obligaciones y, en definitiva, crear tu propia rutina laboral. La conciliación entre la vida familiar, personal y el trabajo sucede de una manera mucho más fácil.
– Valoras tu trabajo
La mayor parte del tiempo estás haciendo la misma tarea, ya sea en el despacho o en casa. Para ti, lo que haces es normal, incluso puede hacer que no valores lo que haces. Cualquier trabajo desempeñado tiene su valor, su dificultad y su coste. Puedes ser el mejor programador y pensar que cualquiera puede hacerlo o ser un gran vendedor y considerarlo una tarea sencilla.
Este tipo de cosas no te ocurrirá en un coworking. Al compartir el espacio con diferentes empresas, distintos sectores y todo tipo de persona, te darás cuenta del valor que tiene tu trabajo. Las tareas que desempeña cada uno tienen su importancia en el mercado laboral. Verás que no todo el mundo es capaz de emprender, diseñar, programar, vender, enseñar o relacionarse. De ese modo apreciarás la dificultad y el valor que tiene lo que haces.
– Capacidad
Otro de los problemas más comunes es que no sabes el espacio que vas a necesitar en tu oficina. A veces, estás empezando y no sabes si en un día o en un mes, el número de trabajadores va a pasar de 2 a 3 o de 2 a 9. Otras veces, sin embargo, son las predicciones las que fallan y una inversión en un despacho para 20 trabajadores, se ha convertido en una escala industrial que no has conseguido llenar con más de 10 personas, y, por lo tanto, un coste fijo evitable.
Si trabajas en un coworking esto no supondrá un problema para ti o para tu empresa. Si necesitas incorporar a un nuevo trabajador, bastará con alquilar un nuevo puesto fijo o flexible. No tendrás que cambiar de oficina asiduamente en función de lo que oscile el número de integrantes de tu plantilla. La inversión será ajustada a las necesidades de cada momento, segura y fácil de controlar.
– Crea tu marca
Normalmente cuando eres un emprendedor, un autónomo o un freelance no necesitas demasiado espacio para ti, pero si tienes una entrevista, o una reunión con un cliente ¿vas a alquilar una sala de reuniones por horas distinta en cada reunión o directamente la vas a tener en el salón de tu casa? ¿quieres que sea en una cafetería cualquiera o en un lugar profesional, de diseño y que impresione?
Nuestro coworking ofrece sala de reuniones, que entra en la mensualidad, zonas donde puedes recibir a tus clientes e incluso la posibilidad de tener expuesto tu producto o un taller de formación. De esta manera, la imagen que ofreces a un cliente que te recibe es muy buena.
– Sin conflicto de intereses
Siempre existe esa sensación en la oficina en la que sientes que tus compañeros se pueden convertir en tus rivales, o sientes que tu jefe controla todos lo que haces. Los objetivos y las primas pueden marcar el ambiente de trabajo, generar conflictos entre compañeros, o empeorar la mejor la de las relaciones.
En un espacio de coworking tus compañeros trabajan en otros sectores, empresas y proyectos. Nadie buscará imponer su criterio, o demostrar que es mejor que otro. La tensión desaparece, la colaboración es desinteresada, la relajación y la confianza aumentan, y con ello, la productividad también.
– Compañerismo
Normalmente cada uno va por su cuenta en una oficina tradicional. Y en una cafetería precisamente no te rodeas de profesionales ni de gente de confianza. Pero una de las normas no escritas en un espacio coworking es la de ayudarse unos a otros y hacer comunidad. Los coworkers siempre tienen la intención de ayudar y colaborar con el resto de compañeros.
¿No te ha pasado alguna vez que necesitas dar los buenos días a alguna persona al empezar la jornada laboral? Es un problema común cuando trabajas en casa. Muchas veces sientes la necesidad de acudir a un lugar de trabajo donde puedas socializarte con la gente.
La comunidad de coworkers es más que una oficina compartida, es una filosofía con una misión clara: ayudar a los trabajadores en su aventura profesional. Rodearse de otros profesionales es la mejor forma de emprender este camino; compartir, colaborar, y crecer juntos. Ahora ya sabes que sólo necesitas tu ordenador y encontrar tu espacio; y si Gandia Coworking es el tuyo, te esperamos con los brazos abiertos.